Pues es un fichero con una contraseña, ni más ni menos. Bueno, los informáticos expertos en seguridad me dirán que simplifico mucho este tema, pero básicamente, básicamente, es eso.

La forma más facil de pensar en ello es imaginarlo como aquellos sellos de caucho con la firma y número de colegiado que solían tener algunos médicos.

Bien, para saber si un certificado es seguro, los navegadores web se apoyan en otro certificado: el certificado raiz. Ese certificado se entiende que es seguro porque lo emite alguien de confianza.

Normalmente se trata de empresas: Verisign es una de las más conocidas.

En el caso del estado español, ellos han dicho que se bastan y se sobran: tienen su propio certificado raiz.

Por simplificarlo mucho, contaré que el certificado raiz tiene que venir preinstalado en el navegador. Los más conocidos vienen “de fábrica”, pero en el caso del certificado raiz del estado español no es así: hay que instalarlo con posterioridad.

Y porqué??

Supongo que porque el personal del gobierno no se ha molestado en solicitar a Microsoft, the Mozilla Foundation y Google que lo incorporen en sus respectivos navegadores, a saber: Internet Explorer, Firefox, Chrome. Ese es el problema.

Y mientras tanto nosotros fastidiados porque tenemos que instalar a mano el certificado raiz, que no es moco de pavo.